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domingo, 13 de abril de 2014

CARTAS A JESÚS DE NAZARET



Carta 21 a Jesús de Nazaret                       
Domingo de Ramos. 13- abril- 2014
Evangelio: Mateo 27, 11-54.



S
eñor: Hoy, como todos los domingos, te escribo. Todos los domingos, te escribo, sentado. Hoy, tengo que hacerlo de rodillas.
No puedo leer tu Pasión  y sentirme impasible. Escribirte a continuación, es difícil; muy difícil. No solo por el sentimiento, sino porque se me borran las letras.

Comprendo que haya hombres y mujeres de buena voluntad, justos y de vida moral intachable que terminen la lectura de tu pasión sin creer en ti como Dios. Creer es fruto de la fe y la fe es don del Espíritu Santo.

No comprendo que haya hombres y mujeres de mente no corrompida, que completen la lectura de tu pasión, sin sentirse conmovidos.

Persona íntegra que habías pasado haciendo el bien, sanando enfermos y consolando afligidos.      

Maestro de doctrina hermosa, lúcida y portadora de verdad.    

Defensor de pequeños y humildes. Promotor de una religión de amor y no tanto de culto.  Hombre del pueblo, artesano de profesión,..

Haciendo un esfuerzo, hasta
puedo comprender, que te condenaran los poderosos, políticos y religiosos. Pero que el pueblo pidiese a gritos tu muerte, no.

En este siglo veintiuno, pasa igual.

Comprendo, aún menos,  que hoy te rechacen los que dicen que defienden a los hombres y mujeres del pueblo, y que luchan para que sean reconocidos sus derechos. Te odian hasta la muerte, a ti y a tus seguidores.

 Lo dijo Simeón a tu madre, cuando te vio pequeño, en el templo: “He aquí que este niño está destinado a ser signo de contradicción.” (Lc. 2,34)

Bendito seas, Jesús, que no buscaste contentar a nadie, sino salvar a todos. Y bendito tu Padre que lo permitió.

Aún resuena sobre el monte Calvario tu desgarrada oración: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc.23,34)  El eco de esta oración resuene sobre todos los cerros de todas las naciones. Porque, solo  el perdón , cayendo como lluvia universal, podrá parar la pasión y muerte de tantos millones de inocentes cuya sangre sigue empapando la tierra.
Solo el perdón, como expresión de amor, es la alternativa de vida a tanta muerte.

Con afecto y adoración. Bartolomé Menor.

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